En el polo norte, el hielo está en continuo movimiento. Allí no hay tierra firme, sólo agua congelada flotando en el océano. Hielo eterno, lo llaman. Se encuentra tan al norte que representa el límite de nuestro planeta, y más allá, sólo está el espacio.
Pensando en el cambio que se está produciendo en el clima y en los ecosistemas de todo el mundo, y ante la impotencia de saber que probablemente el 'hielo eterno' está condenado a desaparecer, desde aquí solamente he podido elaborar este pequeño jabón inspirado en los fríos paisajes y el hielo del Ártico. Es mi pequeño homenaje a tanta belleza helada.
Elaborado sólo con aceite de coco Bio y leche de almendras, nada más. Con un altísimo sobreengrasado y aceites esenciales de menta y lima, es un jabón tan refrescante como un trocito del polo norte en la ducha, una fiesta de burbujas para los días calurosos.
Había oído hablar de la técnica del jabón transparente (de sosa) y también había visto jabones elaborados con este método, pero hasta ahora no me había animado a intentarlo. De repente me apetecía mucho y quería probar, así que me lo he tomado como un nuevo reto y me he puesto manos a la obra pensando que si el experimento salía bien, lo compartiría con vosotros en el blog.
Aunque como siempre un poco a mi aire, espero que este tutorial paso a paso despeje vuestras dudas sobre la técnica de elaboración de este tipo de jabón y os tiente lo suficiente como para intentarlo.
Tengo que aclarar que hablamos de jabones transparentes elaborados con sosa, aunque durante el proceso incorporamos glicerina vegetal.
Hay más de un método y más de dos para fabricar un jabón transparente (Sombra del mar, Mendru) pero yo he seguido los pasos de Bichon y Parfum), cuyo método e ingredientes utilizados me han parecido más afines.
He de reconocer que el resultado me ha sorprendido alegremente y a pesar de que mis dudas eran muchas en cuanto al método a seguir y a los ingredientes, el proceso ha sido relativamente sencillo y sin apenas incidentes domésticos.
He utilizado aceite de oliva virgen en lugar de aceite de palma y tampoco he usado etanol, sino alcohol de 90º. Sin embargo, el jabón es igualmente transparente y de un bonito tono dorado gracias al aceite de oliva.
Ingredientes
94.2 gr de glicerina
101.4 gr de azúcar
78 gr de agua
232 gr de etanol (271,63 de alcohol 90º)
138 gr aceite coco
138 gr aceite palma
117 gr aceite ricino
72 gr de sosa
153 gr de agua (39,17 gr si se usa alcohol de 90º)
Paso a paso
1) Pesar los ingredientes, fundir los aceites y añadir la sosa a los 153 gr de agua destilada. Esperar a que ambos estén a la misma temperatura (49º aproximadamente).
2) Os recomiendo preparar mientras tanto:
- un bol con el etanol ( o alcohol a 90º)
- un bol con el azúcar disuelto en los 78 gr de agua
- colorantes y esencias (si es el caso)
3) Mezclar la sosa y los aceites hasta obtener una traza espesa ( los pasos son los mismos que para elaborar un jabón con el método en frío).
4) Añadir la glicerina e incorporarla bien.
5) Colocar el jabón en un recipiente al baño maría a fuego suave hasta que la mezcla se funda y se vuelva semi-transparente.
Hasta llegar a este estado de semi-transparencia, el jabón tiene que pasar por varias fases: un estado grumoso, como si fuera un puré espeso que después de unos minutos se vuelve homogéneo.
6) Cuando la mezcla alcance los 54º, retirar del fuego momentáneamente para incorporar el alcohol poco a poco. No hay que mezclar demasiado (dos golpecitos de cuchara), lo justo para incorporar el alcohol, ya que si no, corremos el riesgo de que se forme espuma.
7) Calentar la mezcla de agua y azúcar en el microondas para deshacer bien el azúcar.
Poner el jabón de nuevo al fuego hasta que se funda completamente, pero sin remover demasiado. Existe la posibilidad de que aparezca un poco de espuma, es normal, la colaremos más tarde.
Hay que tener cuidado de controlar la temperatura y no calentar demasiado la mezcla, ya que puede aparecer una espuma demasiado densa que estropeará el jabón (si esto pasa, pulverizar la superficie con alcohol).
Hay que tener en cuenta que cuando incorporemos el azúcar a la mezcla, la espuma tenderá a desaparecer.
Cuando se hayan fundido todos los grumos y el jabón esté a 71º (no antes), es el momento de añadir el azúcar disuelto y calentado previamente al microondas.
Remover muy poquito, siempre lo justo, para incorporar el azúcar.
8) Retirar del fuego y añadir los colorantes y fragancias sin perder tiempo, trabajando deprisa.
9) Enmoldar inmediatamente con la ayuda de un colador y un embudo. Si queda espuma en la superficie del jabón, podemos pulverizar con alcohol. A estas alturas, si hemos seguido el proceso correctamente, podremos ver el fondo del molde al verter el jabón :D
10) Colocar los moldes en el congelador durante 1 hora.
11) Desmoldar y dejar curar 3 semanas antes de usarlo.
Fuentes: http://madameparfum.wordpress.com/category/mes-petits-pas-a-pas/
http://lapepitedor.canalblog.com/archives/2006/11/index.html
Improvisar siempre me saca de la rutina, convierte las líneas rectas en curvas cerradas y trae infinidad de mariposas a mi estómago.
Tenía tiempo libre, hidrolatos de fresa, de pomelo y de piña recién hechos, una cantidad indecente de restos de aceites sin utilizar y una bolsa enorme de cera emulsionante que pedí por equivocación, así que he decidido comerme la mañana a cucharadas...literalmente.
El cuerpo me pedía una crema o leche fresquita, hidratante, ahora que los fríos nos han dado por fin la espalda. Veamos: aceites vegetales, hidrolatos de frutas, emulsionante, aceites esenciales y conservante.
Una cuchara como arma (sin báscula), una receta improvisada.
La receta
2 cucharadas soperas de aceites vegetales
6 cucharadas soperas de agua (o hidrolato)
1/2 cucharada sopera de emulsionante
3 gotas de aceites esenciales
2 gotas de conservante
Aceites vegetales: caprylis, almendras, caléndula, cártamo. Hidrolatos: grosella, fresa, piña y pomelo. Aceite esencial de pomelo, fragancia de piña. Cera nº2.
Método de la emulsión clásica aceite en agua, en caliente.
Estoy muy contenta con los resultados, el olor (el olor...), el tacto en la piel, espumoso y untuoso, no graso. Y también porque esta receta base para primavera y verano es una manera de reciclar y aprovechar todos esos restos de ingredientes que tengamos por casa.
Que aproveche!
Mantecas de café & canela
Hemos hablado ya de las mantecas vegetales caseras (aquí, aquí y aquí) y de que se pueden elaborar no sólo con cualquier aceite que nos apetezca o se adapte a las necesidades de nuestra piel, sino también a partir de toda clase de macerados de lo más variado a base de plantas, frutos, cortezas, flores y especias.
A veces, sólo necesitamos un aceite de olor neutro (caprylis, semilla de uva, sésamo, girasol) y cera de abejas para obtener mantecas caseras como éstas, con el olor intenso y agradable de un tazón humeante de café recién hecho en el desayuno o con el aroma cálido, azucarado, estimulante y especiado de la rama de canela, que levanta el ánimo en los momentos bajos.
Están elaboradas a partir de macerados en caliente de café molido y canela en rama en aceite de caprylis (aceite de coco fraccionado).
¿Por qué una manteca de café?
El café contiene cafeína, que es conocida por sus propiedades estimulantes y energéticas, pero sobre todo es un activo adelgazante y anticelulítico muy valioso por sus propiedades lipolíticas (quemagrasa).
Se utiliza también para en tratamientos para las bolsas, reafirmantes del contorno de ojos o para afinar el óvalo facial.
La idea es elaborar un contorno de ojos en stick, por sus propiedades reafirmantes y drenantes, y una barrita de masaje por sus virtudes lipolíticas, anticelulíticas, estimulantes de la actividad metabólica, drenantes de las retenciones de líquidos y queratolíticas (que favorecen la eliminación de las células muertas y mejoran el aspecto de la piel).
Las recetas las publicaré en los próximos días.
¿Por qué de canela?
A parte de su aroma sensual, afrodisíaco y vitalizante, la canela reúne propiedades muy buenas para la piel. Es purificante, tonificante y reafirmante de los tejidos para las pieles maduras y faltas de tono.
Con ella elaboraremos un bálsamo de masaje con efecto "calor-frío" a base de manteca de canela e hidrolato de menta.
La receta la publicaré en breve.
40 gr de macerado oleoso
6 gr de cera abejas bio
vitamina E
Más sobre el aceite de caprylis
Este aceite , utilizado para la maceración del café, es extremadamente estable a la oxidación, es fluido, incoloro, inodoro e ideal para este tipo de macerados oleosos ya que puede calentarse sin riesgo. Se obtiene del aceite de coco hidrolizado y después fraccionado (de ahí su nombre) para retirar las largas cadenas de triglicéridos del que está compuesto que son más sensibles a la oxidación.
La fracción restante está constituida de cadenas medianas que son los caprylico y caprico triglicéridos, que son saturados y por tanto muy estables y poco sensibles a la oxidación. Estas fracciones hacen que este aceite se mantenga líquido y no solidifique.
El caprylis tiene un tacto seco y fino sobre la piel, penetrante y muy emoliente sin sensación grasa, pero no reemplaza en absoluto al aceite de coco, que aporta todavía más emoliencia y algunos ácidos grasos insaturados.
Es una buena opción porque consigue que las cremas o leches se deslicen mejor sobre la piel, mejora la penetración de los activos liposolubles, sobre todo los aceites esenciales y es además un buen solvente que permite extraer los activos de las plantas que se maceren en él.
Se pueden realizar emulsiones de tacto ligero y penetrante, aceites de masaje, sérums oleosos, productos de maquillaje, productos capilares y como en este caso, macerados oleosos de plantas ( caléndula, árnica, siempreviva, rucum...).
Fuentes: http://potionchaudron.canalblog.com/archives/initiation___les_bases/index.html?headerbar=1&headerbar2=0&headerbar3=0, http://www.aroma-zone.com/aroma/fiche_actif_cafeine.asp,
http://www.100100plantes.com/5-categorie-11990507.html
Un bloc, un lápiz.
Siempre me han gustado los lápices, la madera entre mis dedos.
En casa los hay por todas partes, en cada uno de los cajones, en los armarios, olvidados entre las páginas de algún libro.
Nunca uso bolígrafos, sólo lápices, grafito y madera, me entiendo mejor con ellos, me comprenden bien.
Un bloc, un lápiz, una receta bailando en mi cabeza, que nada me distraiga.
Un jabón está a punto de nacer. Pero no será ahora, no será inmediatamente.
Durante varios días y noches el jabón no será más que un conjunto de pequeñas burbujas dispersas a la espera de materializarse en un color, un olor, un aceite concretos.
Después, un pequeño empujoncito de la musa jabonera, que aparecerá sin cita previa a lo largo de un paseo, durante una conversación, entre las notas de una canción...
Ahora sí, ya está aquí.
Quiere ser un jabón suave, espumoso, oloroso y firme, pero de momento sólo es...
el corazón de El Árbol.
Como le he cogido el gusto a esto de versionar recetas, esta es la versión casera de una conocida manteca corporal exfoliante de Lush: "Sin perdón". Esta exfoliante en pastilla para la ducha, está elaborada a base de manteca de karité y manteca de cacao con arroz molido, almendras y judías aduki (o adzuki) molidas en la receta original.
Yo he sustituido las judías por semillas de lino (también se pueden usar semillas de sésamo) y le he añadido además aceite esencial de menta a la mezcla para que sea aún más refrescante y por sus virtudes circulatorias, pero si queréis que se parezca más a la original no hace falta.
Con el nombre que tiene y esos ingredientes juntos en forma de barrita, os podéis imaginar que masajean la piel sin sutilezas, activando la circulación de esas zonas difíciles del cuerpo que necesitan más exfoliación, más hidratación y más firmeza como son los muslos, las caderas y los glúteos.
Pero para compensar tanto "maltrato", las mantecas de karité y cacao dejan la piel nutrida, hidratada, suave, lisa y elástica. Y los aceites esenciales de lavanda, limón y menta la reactivan de nuevo estimulando la circulación y dejándola perfumada.
Ingredientes
Manteca de cacao, manteca de karité, aceites esenciales de lavanda, limón y menta (o al gusto), arroz molido o semillas de lino/sésamo y almendras molidas.
Observaciones
Se aplica en la ducha sobre la piel húmeda, frotando suavemente con movimientos circulares que actúan como un masaje anticelulítico y favorecen la exfoliación de las células muertas. Después se enjuaga y no es necesario añadir ningún otro producto hidratante.
Procurad no ponerla directamente bajo el chorro de agua caliente para evitar que se funda.
A partir del cacao puro 100% en polvo podemos elaborar una manteca de cacao casera cuyo resultado es un producto que se aproxima bastante a la "verdadera" manteca de cacao, y en la que podremos encontar las mismas propiedades.
El chocolate posee numerosos beneficios y en cosmética es excelente para el cuidado de la piel.
El chocolate es una mezcla de azúcar y cacao que contiene nutrientes energéticos y vigorizantes. Rico en magnesio (indispensable para el equilibrio nervioso y muscular), también es bueno para el corazón ya que contiene cafeína y teobromina, y por si esto fuera poco, tiene además propiedades adelgazantes.
Al margen de su fantástico aroma posee excelentes virtudes probadas científicamente. Así es, el chocolate estimula la producción de endorfinas, que son hormonas segregadas por el cerebro y las encargadas de provocar en nosotros la sensación de placer.
El chocolate posee también propiedades antiedad, protege de los radicales libres responsables del envejecimiento de la piel gracias a las vitaminas A, B, D, E y K. Estas vitaminas impulsan la renovación celular, regeneran la piel y la vuelven más suave.
Cómo preparar una manteca de cacao casera
Para preparar esta manteca casera hay que dejar macerar al sol durante 3 días tres cucharadas soperas de cacao en polvo 100% cacao en 70 ml de aceite de sésamo. No se recomienda exponerlo por más tiempo ya que el macerado se oscurecería demasiado.
Se pueden utilizar otros aceites como el de girasol, almendras dulces, semilla de uva o caprylis. Cuanto más "neutro" sea el olor del aceite, más aroma de cacao tendrá el macerado.
Si, como sucede a veces, la luz y el calor del sol no fueran suficientes para este fin (ocurre durante gran parte del invierno), podemos preparar el macerado en caliente en una yogurtera que dejaremos en marcha durante la noche y en reposo durante el día a lo largo de 3 días seguidos.
Filtrar con un filtro de papel, de café, por ejemplo, teniendo la precaución de renovarlo con frecuencia. El filtrado es bastante lento y el líquido resultante en principio es transparente (:D) si se sigue el procedimiento correctamente.
Fundir este preparado con 15 gr de cera de abejas.
Añadir Vitamina E.
El resultado es una manteca de "cacao" con un olor fenomenal y llena de propiedades.
Se puede utilizar tal cual por sus extraordinarias virtudes o integrarla en los cosméticos faciales o corporales (en tanto que manteca en la fase oleosa) y en los jabones caseros! Ñammm!
Fuentes: http://100100plantes.over-blog.com/11-index.html
Fabricar tus propias tiras medidoras de pH también es posible, como tantas otras cosas que, por tener sello casero y hacerlas con tus propias manos, resultan doblemente valiosas.
Es tan sencillo que casi da risa no haberlo sabido antes :D
Existen determinados vegetales (colorantes orgánicos) que cambian de color según estén en contacto con una substancia ácida o básica.
Es el caso del zumo de col lombarda o repollo morado, que es de color azul-violeta pero se vuelve de un rojo intenso en contacto con un compuesto ácido y verde ante un compuesto básico.
La hoja de la col lombarda tiene ese color debido a que, además de clorofila, tiene otros pigmentos sensibles a la acidez como la antocianina y otros flavonoides. Estos pigmentos son solubles en agua, en ácido acético (un ácido del vinagre) y en alcohol, pero no en aceite.
Vamos a fabricar nuestras tiras medidoras con hojas de repollo y papel secante.
Ingredientes
hojas de col lombarda
papel secante (o filtros de café)
Procedimiento
Seleccionar las hojas exteriores de una col lombarda, especialmente las que tengan más coloración morada. Lavarlas bien y trocearlas.
Pesar las hojas y colocarlas en un recipiente y cubrirlas con agua. Calentar hasta que empiece a hervir y dejarlas hierviendo durante 10 minutos.
Retirar del fuego y dejar enfriar. Filtrar.
Empapar el papel secante con el líquido durante media hora y esperar a que se seque bien al aire. Cortarlo en tiras y guardar preservándolas de la luz.
Se utilizan como un papel medidor de pH normal.
Se pueden utilizar filtros de café en lugar de papel secante, aunque en este caso los resultados de las mediciones son algo menos exactos.
Observaciones
Con la infusión, el color morado de la hoja se disuelve en el agua, por lo que las hojas, una vez coladas, pierden el pigmento y se vuelven de un tono verdoso debido a la presencia de clorofila.
Cuando queremos medir el pH de una sustancia con nuestras tiras, el color del pigmento en función del pH es:
·Rojo Intenso: 2
·Rojo Violáceo: 4
·Violeta: 6
·Azul Violáceo: 7
·Azul: 7,5
·Azul Verdoso: 9
·Verde Azulado: 10
·Verde: 12
Conservación
La presencia de pigmentos y nutrientes hacen que esta infusión sea un medio ideal para el cultivo de microorganismos, por lo que si se deja unos días a temperatura ambiente fermentará.
Por lo tanto, es aconsejable guardar el líquido en la nevera o congelador si se va a utilizar durante unos días, si no, no será necesario.
Las tiras de papel, sin embargo, al estar secas permiten que la conservación del pigmento sea más duradera.
Guardar en un lugar protegido de la luz.
Fuentes: http://www.feriacientifica.usm.cl/wik/index.php/Medici%C3%B3n_de_pH_utilizando_repollo_morado
http://www.cientificosaficionados.com/experimentos/medicion%20del%20ph.htm
El polvo de caramelo que he utilizado en estas recetas se obtiene mediante un proceso en el que se calienta de una manera controlada el azúcar de caña procedente de la agricultura biológica.
La función principal de este caramelo en polvo, una vez molido, es colorear de forma natural los cosméticos caseros con diferentes tonos de marrón (del marrón oscuro al beige rosado) y tiene un olor "acaramelado" muy suave.
Como 30 gr de caramelo en polvo dan para mucho, he decidido rescatarlo de la estantería y elaborar alguna receta con la que tentaros, que al final han sido dos. Un dúo de acaramelados.
Un bálsamo labial al caramelo y un bálsamo sólido corporal fundente al caramelo.
*Ingredientes bálsamo labial*
7 gr manteca karité
1 gr cera abejas
3 gr aceite coco
0,2 gr de caramelo en polvo (una punta de cuchillo cargada)
extracto aromático caramelo o al gusto (4 gotas)
Procedimiento
Fundir la manteca de karité con la cera y el aceite.
Mezclar bien.
Esperar a que la mezcla se enfríe un poco y añadir el caramelo (disuelto en unas gotas de agua) y el aroma.
Volver a mezclar. Deajr enfriar completamente.
Observaciones
Es un bálsamo labial que hidrata y nutre los labios secos o agrietados y se funde rápidamente en contacto con la piel.
*Ingredientes bálsamo sólido corporal*
40 gr manteca karité
3 gr cera abejas
2.5 gr aceite almendras dulces
2.5 gr aceite coco
1 gr de caramelo polvo + 1 ml agua (disolución al 50%)
1 gr extracto aromático de caramelo
Procedimiento
Fundir la manteca con la cera y los aceites removiendo la mezcla.
Retirar del fuego y dejar enfriar. Cuando la mezcla empiece a volverse opaca, añadir la solución de agua y caramelo y el aroma.
Mezclar bien, pasar al molde y dejar enfriar completamente.
Observaciones
Este bálsamo con forma de barrita penetra con rapidez en la piel sin dejar una sensación grasa y la hidrata profundamente. He aprovechado su textura final, bastante dura y consistente al tacto, para confeccionar una barrita que se aplica sobre la piel como si fuera una barra de masaje. Es cómodo y práctico y se funde al instante sobre la piel dejándola perfumada y suave.
Un hidrolato es una fase acuosa "cargada" de moléculas activas volátiles de las plantas que se obtiene a partir de la destilación de estas plantas con vapor de agua.
Durante el proceso de destilación el aceite esencial de la planta es arrastrado por el vapor de agua y el destilado final está compuesto de aceite esencial en suspensión y de agua destilada en la que se ha disuelto una ínfima parte del aceite esencial. Los hidrolatos conservan el aroma y también las propiedades de las plantas.
Normalmente se requiere un alambique para elaborarlos, y el hidrolato es la fase acuosa que se recoge en el recorrido final de éste, tras la decantación.
Pero como no tengo ninguno a mano he decidido probar el método casero y hacer un tutorial para quien no conozca el método, que es bastante sencillo :D
El resultado: hidrolatos muy aromáticos, que podemos usar como loción limpiadora y tonificante facial, como "agua perfumada" refrescante para el cuerpo y como ingrediente en la fase acuosa de los cosméticos caseros.
Ahora que llega la primavera, es el momento de prepararlos con flores frescas, pero también se pueden hacer con la planta seca.
Los hidrolatos son unos productos muy sensibles a la luz, al calor, y a las contaminaciones microbianas. Los hidrolatos puros, es decir, sin ningún conservante, no pueden conservarse más de un año.
Procedimiento
El hidrolato casero lo preparamos según el principio de condensación. Es el proceso por el cual el agua cambia de fase, de vapor o gas a estado líquido y es el mismo principio responsable de la formación de las nubes.
Cuando se forma rocío de madrugada en la hierba o cuando los cristales de las gafas se empañan al entrar en un edificio con calefacción en un día de invierno, o cuando se forman gotas en un vaso que contiene una bebida fría en un día caluroso de verano...eso es condensación.
En la condensación, el vapor de agua se convierte en líquido a causa del enfriamiento del aire. Cuando el aire caliente se refresca, el agua sale del vapor que está en el agua caliente y se condensa en forma líquida.
Paso 1
Necesitamos un recipiente (una olla o similar), 1/2 litro de agua destilada, y una base al fondo del recipiente que sumergiremos en el agua pero no del todo, dejando que sobresalga un poco.
Paso 2
Encima de la base colocaremos una rejilla metálica como las que se utilizan para cocinar verduras al vapor, por ejemplo, que tiene la ventaja de que se adapta al diámetro del recipiente que uséis. Podéis utilizar cualquier otro tipo de utensilio siempre y cuando tenga agujeros, ya que a través de ellos pasará el vapor de agua, que a su vez pasará a través de las plantas arrastrando su esencia.
Después pondremos nuestras plantas frescas o secas encima de la rejilla, en este caso romero, dejando un espacio para colocar el recipiente esterilizado que servirá para recoger nuestro hidrolato en forma líquida.
Paso 3
Ahora ponemos otro recipiente encima del primero. En este paso se puede colocar también un trapo de cocina alrededor de los recipientes para sellarlos y evitar que se escape el vapor del interior. Yo no he puesto ninguno porque los recipientes encajan bien y no hay fugas.
Paso 4
En último lugar añadimos hielo al recipiente, eso hará que éste se enfríe. El vapor de agua caliente en contacto con el recipiente frío provocará la condensación que convertirá el vapor en líquido: nuestro hidrolato.
Los cubitos de hielo los iremos sustituyendo por otros a medida que se vayan deshaciendo.
El recipiente colocado en medio recogerá el líquido, que es transparente y muy aromático.
Y ya está! Tenemos nuestro hidrolato casero.
Los hidrolatos contienen una ínfima parte de aceite esencial, y se parecen a los aceites esenciales en que al igual que ellos poseen una aplicación terapéutica (hidrolaterapia) pero más suave, con virtudes similares al aceite esencial correspondiente.
La diferencia es que resultan más sencillos de utilizar y están indicados también para los niños.
A falta de manteca de cacao, me ha parecido buena idea fabricarme mi propia "manteca de cacao" a partir de una tableta de chocolate puro (99% de cacao) que, aunque muy rico, era demasiado para mi paladar, acostumbrado a cosas más suaves.
Este exfoliante corporal tiene todo lo bueno del chocolate (incluso el olor) y del aceite de almendras dulces para "alimentar" la piel, pero también para limpiarla de impurezas y mejorar su textura y su aspecto.
Un scrub es una isla del Caribe, pero también un exfoliante facial o corporal...;D
Éste lleva una base de manteca de chocolate casera (aunque se puede utilizar la convencional) y manteca de karité; aceite de almendras, glicerina vegetal y las partículas más "duras" que eliminan las células muertas y las toxinas de la superficie de la piel y activan la microcirculación: granos de arroz molidos y sal de mar.
Huele intensamente a cacao por la manteca y por la tintura de chocolate caseras con las que lo he aromatizado.
No sólo desintoxica y limpia la piel, sino que es además un baño hidratante y suavizante gracias al cacao, al aceite de almendras y a la glicerina vegetal, y nutritivo por la manteca de karité.
Piel nueva con olor a chocolate y almendras cuando sales de la ducha.
Ingredientes
20 gr de manteca de chocolate casera (o manteca de cacao convencional)
15 gr de manteca de karité
15 gr de aceite de almendras
5 gr de glicerina vegetal
35 gr de arroz molido
15 gr de sal fina
tintura de chocolate casera
Procedimiento
Fundir ligeramente las mantecas al baño María.
Fuera del fuego añadir el aceite y la glicerina y remover hasta que se enfríe ligeramente.
Añadir los exfoliantes y la tintura de chocolate.
Observaciones
Podéis jugar con los ingredientes exfoliantes según lo que os apetezca o necesitéis en cada momento.
Se puede sustituir, por ejemplo, el arroz molido de grano medio por grano de almendra (almendra troceada) para un scrub corporal, o moler las almendras o el arroz con un grano muy fino para exfoliantes faciales o pieles más sensibles y delicadas.
El efecto sobre la piel es muy agradable y más suave que la lufa o el guante de crín.
Como creo que ya he dicho alguna vez, hay un universo entero (incluido el mío) que rinde culto a los macerados, y no es para menos, ya que en ellos se consigue la sinergia única de las propiedades de las plantas empleadas y las de los aceites que las contienen en un solo preparado, lo que refuerza maravillosa y enormemente su acción.
Luego están las mantecas vegetales caseras, mi otra pasión. Se pueden hacer mantecas vegetales casi de cualquier aceite agregándole ceras, ácido esteárico, alcohol cetílico y jugando con las proporciones para conseguir diferentes texturas.
Como eso incluye también los macerados oleosos, resulta una asociación perfecta de texturas y de activos vegetales. Mantecas cremosas, duras, semi-duras, blandas, untuosas, florales, de plantas, de frutas...Mantecas que por su gran poder emoliente pueden incluirse en las cremas, leches, jabones (aportando una gran suavidad a la preparación) o utilizarlas como único ingrediente.
Manteca de oliva casera
Esta es una manteca de oliva inspirada en la receta de Christine, pero reforzada con oleato de romero y lavanda.
Las proporciones son:
125 gr de macerado de romero en aceite de oliva
30 gr de cera de abejas
3 gotas de vitamina E
aceite esencial de lavanda
Procedimiento
Poner los ingredientes al baño María hasta que se funda la cera.
Una vez fuera del fuego, añadir la vitamina E y el aceite esencial de lavanda.
Es importante no dejar de batir la manteca hasta que se enfríe totalmente para obtener una textura bien cremosa.
Observaciones
El resultado es una manteca blanda de textura cremosa y que penetra bien en la piel. Ideal para pieles secas y agrietadas.
La combinación de los aromas de lavanda y romero es una delicia.
El aceite de oliva es antioxidante, emoliente y rico, nutritivo e hidratante. Calmante de irritaciones y rojeces y suavizante para pieles sensibles.
La cera de abejas protege la piel con una capa filmógena y endurece la manteca, y el romero es purificante, antioxidante, tónico y le devuelve el tono a la piel.
El aceite esencial de lavanda refuerza la acción cicatrizante de la manteca.
Debido a que mi tendencia natural es meterme en toda clase de berenjenales con mucha facilidad y sin saber muy bien cómo voy a salir de ellos, no me sorprende nada esta última y laboriosa aventura, que ha dado pie al artículo de hoy.
Leer las entradas de Nandini y Célimène, descubrir que me había quedado sin aceite y salir corriendo a comprar cocos, fue todo uno. No me hago responsable de las consecuencias que pueda acarrear su lectura ;D
Nota: el molinillo o picadora van a ser, si no imprescindibles, sí recomendables en esta receta. Eso, o unos bíceps a prueba de montañas de ralladuras.
Ingredientes
2 cocos
Procedimiento
·Pelar los cocos completamente, trocearlos y molerlos (o rallarlos...) para obtener una pulpa lo más fina posible. La textura ideal sería la de una pasta o puré de coco.
·Colocar la pulpa en un recipiente y recubrirla de agua. Ponerla en la nevera durante 24h..
·Durante ese tiempo se formarán dos capas distintas. Una sólida, la grasa, y una líquida. Retirar la capa sólida y reservarla. Filtrar el líquido y presionar bien la pulpa que teníamos reservada, para obtener el máximo de zumo.
·Colocarlo en una olla, a fuego muy suave y sin remover. Se separarán las dos fases: el aceite se quedará en la superficie y la leche en el fondo.
·El siguente paso es el más delicado de todo el proceso. Se trata de recoger el aceite sin tocar la leche y sin remover el preparado. Dependiendo de la destreza manual y el pulso de cada uno, podéis retirar el aceite a pulso o seguir este otro método, gentileza de Célimène:
-Transferir el aceite que se encuentra en la superficie con la menor cantidad de leche posible a un frasco más pequeño. Colocar de nuevo al fuego, al baño María, para que las dos fases (aceite y leche) vuelvan a disociarse. Colocar en la nevera hasta que el aceite solidifique, retirar de la nevera y poner el bloque que se ha formado bajo un chorro de agua fría. Esto nos permitirá deshacernos de los restos de leche y quedarnos sólo con el aceite de coco sólido.
·Por último, filtrar el aceite calentándolo si es necesario y pasar a un bote antes de que solidifique.
·La leche que nos ha quedado en la olla se puede aprovechar para cocinar, para jabonear, y en general para enredar lo que nos apetezca. Y de la pulpa exprimida podemos preparar un exfoliante corporal si le añadimos un poco de miel (que no necesita conservante ya que es un conservante natural).
Observaciones
*Aunque resulta un proceso bastante laborioso, que requiere algo (o mucho) de paciencia, yo os recomiendo que lo hagáis al menos una vez.
El aceite que se obtiene es fantástico, más aún teniendo en cuenta el esfuerzo invertido en su elaboración, así que vale la pena. Eso sí, os sentiréis auténticos artesanos.
*Después de mi experiencia, un poco accidentada, os recomiendo:
uno, que filtréis muy bien la pulpa del coco, ya que los restos que puedan quedar en suspensión dificultan la tarea de la separación de las fases; y dos, que la cantidad de agua debe ser la justa para recubrir el coco, si se pone demasiada el proceso puede prolongarse durante horas hasta que parte de ese agua se ha evaporado.
*Aunque no es un aceite prensado en frío y todo lo demás, el proceso exige que el aceite se caliente muy ligeramente, lo que hace que las propiedades se conserven prácticamente intactas.
Por favor, tenedme al corriente de vuestras "locas aventuras con los cocos" ;D
'En tu piel', es ahora 'El árbol de burbujas'.
Qué sencillo parece, ¿no?, al fin y al cabo se trata sólo de cambiar de nombre...pero no lo es.
Creo sinceramente que todas las cosas tienen fecha de caducidad, te despides de algunas para dejar sitio a las nuevas, que a veces vienen empujando con fuerza porque tienen prisa por llegar y quedarse.
'El árbol de burbujas' es el comienzo de una nueva etapa y trae muchos cambios, el primero, una imagen propia que ha diseñado para mí la ilustradora Anita Magpie (Anabel), cuyos trabajos me enamoraron desde el principio y quiso la casualidad que me la encontrara en la ciudad donde vivo.
Todos los proyectos, los planes que he trazado y los sueños que he hecho míos se enredan entre sus ramas y este blog seguirá creciendo a su sombra.
Mi casa en El Árbol, que espero sea también la vuestra.
Esta es mi versión de la famosa limpiadora facial "Piel de ángel" de Lush. Pululan por red y foros unas cuantas recetas y variantes de esta limpiadora facial a base de caolín y almendras molidas, así que, como resulta una receta muy versátil y se deja, la he sometido totalmente a mis caprichos.
Respetando la base de almendras molidas (exfoliantes) y de arcilla limpiadora (caolín o cualquier otra), existen tantas posibilidades como tipos de piel, gustos y necesidades personales. E incluso la harina de almendras puede sustiruirse por otro tipo de ingrediente molido que tenga un mínimo de poder exfoliante.
Ingredientes: almendras molidas, arcilla blanca, glicerina vegetal, hidrolato de rosa, gel de aloe vera casero, flores secas de lavanda, aceites esenciales de geranio, lavanda, palmarrosa.
Conozco dos maneras de elaborar un gel de aloe de forma casera. Una es a partir de las hojas frescas de la planta de la que se extrae el gel de manera manual y el otro método consiste (si no se tiene la planta del aloe a mano) en gelificar el zumo de aloe natural que podemos encontrar en herboristerías u otros comercios con un gelificante adecuado, en este caso la goma xantana.
La goma xantana es un gelificante compuesto de un polímero de azúcares naturales cuya función es gelificar el agua y las fases acuosas, pero también estabilizar las emulsiones o modificar la textura de las mismas. Está indicada para todo tipo de pieles.
En esta receta he utilizado goma xantana de grado transparente para obtener un bonito gel suave y traslúcido. Se puede utilizar tanto en frío como en caliente, disuelta en la fase acuosa y en una dosis del 0.2 al 2% del peso total de la preparación.
En este caso he añadido un1% para conseguir una textura gel de viscosidad más bien ligera y he preparado el gel en frío.
Ingredientes
98,4 % de zumo de aloe natural Bio
1% de goma xantana
0,6% de conservante (excepto el ESP, que es incompatible con la goma xantana)
Procedimiento
Esterilizar los utensilios que vayamos a utilizar para la receta.
Colocar el zumo en un recipiente. Espolvorear la goma xantana al mismo tiempo que agitamos la preparación para evitar que se formen grumos.
Esperar 10 minutos para que la goma en polvo se rehidrate y se forme el gel. Remover para obtener un gel bien liso y homogéneo.
Observaciones
Podéis utilizar este gel en vuestras preparaciones caseras de geles adelgazantes, geles tensores para contorno de ojos, geles refrescantes y circulatorios (para piernas cansadas, por ejemplo).
En una dosis muy pequeña (0.2 a 0.3%) estabiliza las emulsiones o modifica la textura espesándola y aportando viscosidad. El zumo de aloe vera natural debe ser lo más natural posible, sin conservantes artificiales. El aloe utilizado en esta receta, por ejemplo, tiene una proporción del 99.7% de aloe vera de agricultura ecológica y del 0.3% de ácido cítrico.
Estoy absolutamente enamorada de esta receta.
Yo soy una incondicional del azahar no sólo por su dulce olor, sino porque es una flor que tiene la capacidad de calmar y reconfortar mi mente cuando el mundo está patas arriba.
Sus efectos sobre la piel están a la misma altura: es un tónico suave que refresca con delicadeza la piel seca, frágil y sensible, la calma y la regenera, la ilumina y cuida también la piel madura y la piel de los bebés.
Para quien no lo sepa, esta flor blanca o rosa pálido se llama también Nerolí o Flor de naranjo amargo. Es un pequeño arbusto originario de la India e introducido después por todo el mediterráneo durante las Cruzadas. Se llama Nerolí en referencia a la princesa de Nerolí (un pequeño pueblo cerca de Roma) que utilizaba esta flor y que la dió a conocer junto con sus propiedades en el siglo XVI.
En la Antigüedad, el Nerolí, símbolo de pureza y de virginidad, adornaba tradicionalmente las coronas y los vestidos de las novias.
Para esta receta necesitamos hidrolato de azahar, glicerina vegetal y tintura de benjuí.
Convertiremos el hidrolato en una loción de textura lechosa que usaremos como un tónico suave. Una leche de azahar.
La receta original, llamada "leche virginal" es muy antigua y está elaborada con hidrolato de rosas.
Ingredientes
95 ml de hidrolato casero de azahar
5 ml de glicerina vegetal
10 gotas de tintura de benjuí
Procedimiento
Mezclar bien el hidrolato con la glicerina vegetal e incorporar la tintura de benjuí.
Agitar siempre el frasco antes de utilizarlo.
Observaciones
Es una rectea muy simple y rápida de elaborar para obtener una leche aromática, y tanto la textura como el olor son muy agradables. Podéis hacerla con un hidrolato de vuestra preferencia, claro.
La "magia" de la tintura de benjuí transforma el hidrolato en una bonita textura de leche y a la vez, actúa como un conservante.
Al tratarse de un hidrolato, debe conservarse al abrigo de la luz y el calor, en un frasco opaco preferentemente.
Éste es mi "hidrolato" casero.
Sólo 200 ml de agua mineral hervida y un puñado de rosas secas.
Es cuanto se necesita.
Luego debes poner las rosas en un recipiente esterilizado, regarlas con agua hirviendo, remover un poquito, dejar reposar 15 minutos y filtrar...
Lo sé, no es un verdadero hidrolato.
Los hidrolatos se obtienen por arrastre con vapor de agua de las flores, hojas o ramas de las plantas y esto es más bien agua de rosas o infusión.
Pero las propiedades astringentes de las rosas siguen intactas. Las pieles maduras agradecen este tónico que tiene la particularidad de aclarar la piel y difuminar las manchas. Geniales para pieles mixtas y grasas.
Este agua de rosas se tiene que conservar en un recipiente hermético preferentemente opaco. Se le puede añadir un poco de conservante o colocarlo en el frigorífico después de su elaboración.
Hay quienes ponen algunas gotas de aceites esenciales en agua hervida a macerar durante unas cuantas semanas para obtener su hidrolato casero, ya que, al fin y al cabo, durante el proceso de destilación el aceite esencial de la planta es arrastrado por el vapor de agua y el destilado está compuesto de aceite esencial en suspensión y de agua destilada en la que se ha disuelto una ínfima parte del aceite esencial.
En espera de que quizá para mi próximo cumpleaños consiga por fin un alambique, seguiré infusionando mis rosas.
Esta tentación en forma de fondant es ideal para el verano (que llegará antes de que nos demos cuenta) por su olor vitalizante de frutas cítricas y para despertarse en la ducha por la mañana. Hidrata muy bien la piel, y la cera de abejas evita que se funda fácilmente por las altas temperaturas.
Sólo hay que aplicarlo por todo el cuerpo con la piel limpia y húmeda. En contacto con el agua el fondant se transforma en una leche hidratante...
Ingredientes
40 gr de cera emulsionante
15 gr de aceite de macadamia
15 gr de aceite de cártamo
15 gr de aceite de sésamo
20 gr de cera de abeja
añadir:
1 gr de vitamina E
10 gotas de aceite esencial de naranja dulce
10 gotas de aceite esencial de mandarina
10 gotas de aceite esencial de bergamota
Procedimiento
Fundir al baño María todos los ingredientes y batir una vez que la mezcla sea homogénea, añadir la vitamina E y enmoldar. Listo.
En el polo norte, el hielo está en continuo movimiento. Allí no hay tierra firme, sólo agua congelada flotando en el océano. Hielo eterno, lo llaman. Se encuentra tan al norte que representa el límite de nuestro planeta, y más allá, sólo está el espacio. 
