martes, 1 de noviembre de 2011

La oxidación de los aceites

Los aceites vegetales están compuestos esencialmente de ácidos grasos. Químicamente existen dos tipos de ellos: "saturados" o "insaturados". Son los ácidos grasos "insaturados" los que otorgan a los aceites vegetales sus propiedades nutritivas, suavizantes, protectoras, antiedad...

Ciertos ácidos grasos son más frágiles que otros. Bajo ciertas condiciones se degradan y el aceite vegetal pierde sus propiedades.


Entre las principales fuentes de degradación destacan:

-la oxidación

-la degradación por calor: hidrogenación (alrededor de 180ºC)

-la lipólisis: degradación de los ácidos grasos por la presencia de enzimas (lipasas...).






La oxidación es el fenómeno que hallamos con más frecuencia en el uso cosmético de los aceites vegetales.

El potencial oxidativo de un aceite vegetal y de una manteca vegetal depende de la naturaleza y de la concentración de los ácidos grasos que los componen.

De forma general, cuantos más enlaces dobles en la cadena de carbono posea el ácido graso, más rápidamente se oxida éste. La oxidación de los ácidos grasos conlleva que éstos se transformen en moléculas que pueden resultar tóxicas para el organismo.


*Los cuatro tipos de ácidos grasos son:

·los ácidos grasos saturados: sin enlaces dobles en la cadena de carbono (ej.: ácido esteárico).

·los ácidos grasos monoinsaturados: con un solo doble enlace (ej.: ácido oleico).

·los ácidos grasos poliinsaturados: con muchos enlaces dobles (ej.: ácido linoleico o ácido linolénico).

En la práctica, el fenómeno de la oxidación es fácilmente reconocible ya que es responsable de un cambio de aspecto en el aceite vegetal (olor a rancio, cambio de color).

Ciertos factores aceleran el proceso de oxidación pero no son elementos obligatorios y suficientes para desencadenar el fenómeno de oxidación: el oxígeno, la luz (UV), el contacto con metales oxidantes (hierro o cobre), la presencia de pigmentos como la clorofila, la presencia de enzimas (lipasas...) y también y sobre todo el calor, que actúa como un catalizador de estas reacciones. Es decir, que acelera las reacciones químicas. Hay otros factores que por el contrario ralentizan la oxidación, sobre todo el aporte o la riqueza natural del aceite en vitamina E.


Así, podemos considerar los aceites y mantecas vegetales como poco sensibles, sensibles o muy sensibles a la oxidación.

·aceites poco sensibles a la oxidación: abisinia, aguacate, albaricoque, almendras dulces, andiroba, argán, avellana, babassú, baobab, buriti, camelia, ciruela, coco, chufa, espino amarillo (rico en antioxidantes y vitamina E), jojoba, macadamia, neem, nuez del brasil, oliva, papaya, ricino, sacha inchi (rico en antioxidantes y vitamina E), sapota, sésamo, tamanu, manteca de cacao, manteca de cupuaçú, manteca de karité, manteca de kokum, manteca de mango, manteca de murumuru, manteca de sal, manteca de tucuma.

·aceites sensibles a la oxidación: algodón, borraja, comino negro, fruta de la pasión, gardenia, germen de trigo, girasol, higo chumbo, melón, onagra, semilla de uva, salvado de arroz, yangu.

·aceites muy sensibles a la oxidación: camelina, cáñamo, cártamo, frambuesa, grosella, kukui, perilla, rosa mosqueta.

Las recomendaciones para conservar los aceites muy sensibles a la oxidación en buenas condiciones son mantenerlos en un lugar fresco, preferentemente en el frigorífico, en un envase bien cerrado y protegidos del aire y la luz durante los 6 a 8 meses siguientes a su apertura o añadirles vitamina E desde el primer momento.

Para los aceites o mantecas que son sensibles, basta con conservarlos en un lugar fresco protegidos de la luz y del aire.

En el momento de incorporar los aceites vegetales en una emulsión es necesario calentarlos a 70ºC; a pesar de que el riesgo de oxidación durante este proceso es poco probable, podemos tomar no obstante algunas precacuciones:

-incorporar vitamina E o extracto de romero al aceite antes de calentarlo.

-no calentar el aceite e introducirlo solamente en el momento de la emulsión si la cantidad lo permite.

Por precacución, todos los materiales empleados en la fabricación de cosméticos artesanales deben estar esterilizados, bien sea hierviéndolos durante 10 minutos, bien sea enjuagándolos con alcohol y dejándolos secar al aire.




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