Técnicamente este tipo de bálsamo es una oleorresina originaria de la Amazonia brasileña y tiene un olor suavemente aromático, resinoso y penetrante que a mí me resulta muy agradable y que junto con el vetiver y el romero, forman una mezcla muy profunda, masculina y relajante con la que hemos perfumado este jabón de propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes, tónicas, desintoxicantes y activadoras de la circulación sanguínea.
Ante tanta "masculinidad", porque es un jabón pensado para ellos, hemos decidido que suavizarlo un poco con arcilla rosa, leche de almendras y manteca de macadamia podría ser una buena idea y le bajaría "los humos".
Y además lleva manteca de cacao, aceite de coco, de palma (sostenible) y de oliva bio. Es un jabón con una espuma tan suave, cremosa y abundante que pide a gritos que te la dejes en la piel a modo de mascarilla durante al menos un par de minutos para que la arcilla la calme y purifique suavemente, y para que los aceites esenciales y vegetales traten las pequeñas irritaciones y molestias motivadas por el afeitado u otras causas.
Este jabón va de duro pero al final, no es tan fiero el león como lo pintan y es capaz de mimar hasta las pieles más apagadas, frágiles y reactivas, que quedan nutridas, calmadas, hidratadas y suaves, sin grietas ni irritaciones.

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