Este es un champú sólido elaborado a base de algas, manteca de murumuru, aceites esenciales de romero y hierbabuena, proteínas de seda y sodium coco sulfate, que a pesar de su nombre es un tensiactivo de origen vegetal, concretamente derivado del aceite de coco.
La Espirulina es un alga azul microscópica muy rica en aminoácidos, en proteínas y en vitaminas (A y E), que protege el colágeno y la elastina de la piel y nutre, revitaliza y fortalece el cabello.
La Chondrus crispus, (llamada también "silicona vegetal"), es un alga roja muy rica en minerales esenciales (calcio, magnesio, manganeso, zinc) que aplicada al cabello lo acondiciona y protege, alisa la fibra capilar y refuerza y repara el pelo dañado dejándolo suave y brillante.
La manteca de Murumuru se encarga de nutrir, fortalecer, reparar y embellecer el cabello y las proteínas de seda hidratan y suavizan el pelo con intensidad, y además le aportan brillo.
El aceite esencial de Romero es un tónico vitalizante fantástico para estimular la microcirculación y favorecer el crecimiento y la regeneración del cabello y la Hierbabuena tonifica y estimula el cuero cabelludo.
El sodium coco sulfate es un tensioactivo natural de origen vegetal (derivado del aceite de coco) e indicado para todo tipo de cabello. Aporta limpieza, espuma y acondiciona el cabello.
Sobre los champús sólidos y por qué usarlos
Impresiona la cantidad de razones por las que los champús sólidos naturales merecen un sitio de honor en nuestra vida y en nuestra ducha.
Son 100% ecológicos se mire por donde se mire.
Elaborados en su totalidad con ingredientes naturales y biodegradables (sin siliconas, parabenes u otras sustancias químicas artificiales perjudiciales para el entorno y la piel), comparados con los champús tradicionales tienen poco o ningún impacto medioambiental negativo.
Son productos concentrados, por lo que duran más tiempo, sin embalaje innecesario (así se reduce el consumo de plástico), sin necesidad de conservantes, que ocupan poco espacio y son fáciles de transportar.
Se frotan sobre el cabello mojado (se necesita muy poca cantidad) y se masajea el cuero cabelludo para formar la espuma. Se aclara como siempre con agua abundante.
Son cómodos, prácticos, naturales, ecológicos.
Animaos a probarlos, todo son ventajas y comodidades, bueno todo no, tienen un inconveniente: que se hacen imprescindibles...
Os presento a Burlesque.
Dicen que el aroma de los cítricos eleva la autoestima, el humor y la confianza en uno mismo, así que Burlesque lleva toneladas de aceites esenciales de naranja, mandarina, pomelo, lima, bergamota, nerolí y un toque de jengibre que le dan su color anaranjado y su espíritu juguetón. Lleva además aceites de palma (de cultivo sostenible), coco, salvado de arroz, ricino y agua de manantial, y está enriquecido con manteca de karité.
Me tomo un momento para acercar la naricilla, aspirar su aroma y recordar por qué este jabón se llama así. Burlesque huele a naranjas maduras, a tardes de verano y a días de sol radiante, pero también huele a la sensualidad alegre y coqueta de un espectáculo de music hall.
Burlesque representa la parte de mí misma que siempre quiere sentirse optimista, que se burla de todo (sobre todo de sí misma), que saca la lengua y guiña un ojo con picardía, que muestra siempre el lado divertido de las cosas y que odia lo "políticamente correcto".
Hay un trocito de mí en Burlesque que adoro y que, de todas formas, no podría controlar.
Es el que canta en la ducha.
A raíz de una incursión afortunada en el blog de Reo, descubrí entre otras cosas cómo elaborar fondants para la ducha de forma artesanal.
Así de entrada me pareció casi mágico que estos fondants sólidos a base de mantecas y aceites vegetales pudieran derretirse convirtiéndose en leche al contacto con el agua; más tarde descubrí que la culpable de ello era la cera emulsionante, nada en principio demasiado espectacular.
Sin embargo a mí me pareció una idea deliciosa.
El final perfecto para una ducha.
Terminar con la piel hidratada, suave, sin tener que usar ninguna crema después. Cómodo y rápido.
El tiempo me ha demostrado que los fondants de ducha siguen siendo un gran descubrimiento en todas sus variantes (sólidos, en bálsamo, batidos, exfoliantes, cremosos, espumosos...) y que sólo hay que elegir los ingredientes activos que mejor se adapten a nuestros gustos, caprichos y/o necesidades.
La fórmula base para un fondant cremoso de ducha con una fase acuosa es:
50% de manteca dura (manteca de cacao)
15% de cera emulsionante
17% (máximo un 20%) de fase acuosa
18% de aceite vegetal
conservante
El método a seguir es el mismo que si elaborásemos una emulsión.
Se calientan las fases oleosa y acuosa a la misma temperatura y por separado, se añade la segunda a la primera mezclando con fuerza (yo recomiendo una mini batidora para cosmética, que va muy bien y la emulsión se consigue antes y más fácilmente), se coloca en los moldes una vez la mezcla espese bastante para evitar que se separen las fases y se mete en el congelador para que solidifiquen más rápidamente.
Y es que me parece casi milagroso verlos así, por una vez tal y como los había concebido mi imaginación, sometidos a mis caprichos de jabonera enamorada.
Panes de baño, espumosos y suaves, abrigados de flores de lavanda, caléndula y rosas.
Todos con la misma base de aceite de coco, palma (de cultivo sostenible), cártamo, leche de cabra y agua de manantial.
Cada uno con su carácter y un sobreengrasado diferente: pan de Caléndula, Miel y Mandarina sobreengrasado con aceite de almendras, con el aroma natural de la miel, la leche y el aceite esencial de mandarina y con pétalos de la flor suspendidos en el jabón.
Pan de Lavanda y Naranja sobreengrasado de manteca de karité, con flores de lavanda en la traza y el olor de los aceites esenciales de lavanda fina de Provenza y naranja.
Pan de Rosas y Cacao, con aroma de lilas y sobreengrasado de manteca de cacao y un suelo de pétalos secos de rosas.
Mi jardín, mi trabajo, mi pasión.
Mis jabones.
Aceite de afeitado de Onagra y Vetiver
Va de barbas, claro, las de ellos.
Un aceite de afeitado es una buena alternativa para los que no son muy amantes de la espuma ni de las brochas ni de la maquinilla eléctrica. O sí lo son, pero que se animan con algo nuevo...
Este aceite es a base de cártamo y onagra (una bomba de vitamina E sobre la piel), que tienen propiedades regeneradoras, suavizantes, calmantes de irritaciones y rojeces, antioxidantes, antiarrugas y un plus de vitamina K y omegas 3 y 6.
Pringar, pringa, es aceite... (nada que no pueda solucionar después un buen jabón natural), sin embargo la sensación que deja en la piel es de absoluto confort, "como si nunca hubieras tenido pelos en la cara", palabras textuales de consorte.
Lleva además aceite esencial de Vetiver (es un tónico venoso que estimula la circulación de la sangre. Es revitalizante, nutritivo e hidratante, y es además muy "masculino", terroso, dulce y herbáceo, a mí me recuerda al Pachoulí. Su olor aporta cierta serenidad).
Aceite esencial de Árbol de té (purificante, calmante y cicatrizante, regenera la piel, es desinfectante, antifúngico y tan suave y delicado que puede utilizarse puro, sin diluir, en la piel. Fresco y aromático, se parece al Eucalipto, su olor estimula y da energía).
Y aceite esencial bálsamo de Copahu (un antiinflamatorio muy potente, cicatrizante, ligeramente analgésico, antiséptico y estimulante de la circulación sanguínea. Tiene un olor ligero y resinoso que levanta la moral y aleja el cansancio).
Con este aceite no te afeitas, haces terapia!
La receta
Aceite de onagra....................10,2ml (9,2 gr)
Aceite de cártamo.................38,7ml (35,6 gr)
A.E. de vetiver.........................0,1 ml (4 gotas)
A.E. de árbol de té.................0,1 ml (4 gotas)
A.E. bálsamo de copahu.......1 ml (35 gotas)
Vitamina E.................................0,1 ml (4 gotas)
También conocida con el nombre de Tabaco de Montaña, es una planta de flores amarillas que son las que le confieren sus principios activos antiinflamatorios y analgésicos. Crece en zonas de clima frío, lugares altos, praderas y bosques de coníferas y necesita suelos silíceos ligeros y algo sombríos. Se encuentra principalmente en Europa, Rusia y Asia central.
Empieza a ser raro encontrarla de forma espontánea, por lo que es una especie protegida en determinados países. Florece entre abril y mayo.
**Remedios antiguos
La árnica es una planta aromática que era muy popular entre los pastores y campesinos, que la utilizaban tradicionalmente en forma de tintura para uso externo o fumaban sus hojas para aliviar la tos y la bronquitis. En forma de tintura se usaba antiguamente como cicatrizante y desinfectante de heridas. Y algunas tribus germánicas ya conocían las propiedades medicinales de esta planta.
**Males modernos
Se recomienda para los casos de torceduras y dolores musculares que son generados por la rigidez que causa practicar ejercicios en exceso o por la práctica de entrenamientos extenuantes.
Actualmente, además, el extracto de árnica se utiliza para estimular la circulación y el corazón. En forma de tintura se emplea para la circulación sobre los capilares y aunque de forma menos notoria, sobre los órganos respiratorios. Activa la circulación de la sangre, la frecuencia del pulso, la respiración y también la transpiración. Y es efectiva contra el dolor muscular, de tendones y de articulaciones. Es un buen remedio de uso tópico para aliviar también el dolor de las contusiones, luxaciones e inflamaciones articulares.
**Propiedades
-Muy efectiva para calmar los dolores musculares, y las articulaciones y zonas dolorosas.
-Permite acelerar la desaparición de los hematomas, disminuye su formación y facilita su reabsorción.
-Lucha y reduce las inflamaciones e hinchazón cutáneas y calma los tejidos dañados o irritados.
-La presencia de aceite esencial le aporta un ligero efecto antiséptico.
**Indicaciones
-Contusiones, golpes, hematomas, equimosis, edemas.
-Dolores musculares y articulares, torceduras, reumatismos, artrosis.
-Inflamaciones de la cavidad bucal o de la garganta (bronquitis, extracción dental...)
-Flebitis superficiales, varices, piernas pesadas.
**Aplicaciones
La árnica es tóxica, por lo que se recomienda solamente limitar su uso al tópico o externo (pomadas, etc.), como antiinflamatorio en caso de contusiones, luxaciones, inflamaciones articulares, neuralgias, mialgias...
También se recomienda no usar sobre heridas abiertas o piel no dañada. Combinada con otras plantas antiinflamatorias como el Harpagofito es muy adecuada para el dolor muscular.
**En cosmética
-Cicatrizante y antioxidante, estimula la reparación de los tejidos y los protege del envejecimiento.
-Indicada para pieles demasiado pálidas, insuficientemente irrigadas.
-En la fase oleosa para elaborar cremas o leches.
**Recetas
·Tintura de árnica (uso externo)·
Como cicatrizante y desinfectante de heridas.
Macerar durante una semana a diez días una cantidad proporcional de flores de arnica en alcohol de 70º; utilizar una tela para exprimir las flores maceradas; filtrar con un papel para este fin.
Para aplicar una compresa de este líquido diluir una cucharilla de tintura en cuatro de agua (muy pura puede producir erupciones cutáneas); aplicar el líquido en aquellas zonas que no tengan heridas abiertas (luxaciones, traumatismos, flemones, contusiones, reumatismos, etc.).
Cuando oí hablar de la lágrima de jabón (larme de savon) en el blog de Ka Fée admito que así de entrada el concepto me pareció tremendamente poético. Yo que soy artesana de corazón (pero filóloga de profesión), reconocí enseguida lo que para mí era un vínculo perfectamente sutil entre la jabonería y la literatura, un guiño de la musa jabonera.
Se trata de una técnica muy simple, cuyo resultado es una "lágrima" en el interior del jabón que sólo puede verse tras el corte y que siempre constituye una sorpresa.
Consiste en lo siguiente:
una vez mezclada la sosa con los aceites separamos dos pequeñas porciones de la mezcla y le añadimos dos colorantes distintos. A continuación vertemos la mitad de la preparación original en el molde.
Ahora se trata de volcar en la mezcla las partes coloreadas del jabón desde unos 45 cm de distancia aproximadamente, una por una, formando una línea recta de color a lo largo del molde. La idea es que penetren en el jabón en profundidad.
Hecho esto, añadimos el resto de la mezcla sin colorear lenta y cuidadosamente sobre las líneas de color, sin verter el jabón directamente del contenedor al molde, sino haciéndolo con la ayuda de una espátula y en pequeñas cantidades hasta terminar de rellenarlo.
Un pequeño marmolado en la superficie es perfecto para terminar y aprovechar los restos de color.
Let's go!
Gracias a Ka Fée por compartir su tutorial y su pequeño secreto!
Fuentes del tutorial: http://soapsession.com/blog/2011/10/06/the-drop-soap-ou-la-larme-de-savon/
