
Un buen bálsamo labial, como si de un edificio se tratara, necesita una buena "arquitectura".
Los cimientos que lo sostengan serán las mantecas duras (cacao) y las ceras (abeja, vegetales); las paredes sólidas, unas buenas mantecas blandas (karité, aguacate, coco), aceites nutritivos (oliva, almendras) y algunos activos que lo hagan tratante (bisabolol, macerado consuelda, miel).
Tocaremos techo (o el cielo) si además cuidamos del brillo y de que tenga un buen deslizamiento (jojoba, ricino, glicerina vegetal). Y por último podemos decorar la casa a nuestro gusto con muebles bonitos de interior: colores y aromas (mucho mejor naturales) y un buen antioxidante.
Cuando formular te convierte en arquitecto, se construyen grandes edificios.