Estudiar esta interesantísima planta es codearse con Dioscórides (padre de la farmacopea) y con Paracelso (padre de la alquimia) que consideró esta hierba la quintaesencia de su elixir de la vida. Es descubrir a Avicena, un médico persa del siglo XI que aseguraba que tenía el poder de alegrar el espíritu y eliminar la tristeza o desear ser Hildegarda de Bingen, mística alemana del siglo XII que sostenía que la melisa "es un remedio que alegra el corazón".
Todos ellos, top fans de esta hierba, destacaron sobre todo sus cualidades calmantes del sistema nervioso, relajantes suaves y antisépticas.
Aplicada sobre la piel posee estas mismas características y es además antioxidante, cicatrizante, tónica y antiinflamatoria.
En la Edad Media formaba parte de algunas fórmulas mágicas a las que se les atribuía "el don de alargar la juventud". Y fue mucho después, a partir del siglo XVII, cuando la Orden de los Carmelitas descalzos elaboró una pócima con Melisa que se creía milagrosa. La pócima se llamaba Agua del Carmen y no era más (ni menos) que un licor muy efectivo contra las crisis nerviosas elaborado a partir de la melisa al que habían añadido canela, clavo, limón, menta, romero, agua y alcohol. En el siglo XX se podía encontrar en todos los botiquines de España y Francia y se decía que "calma, tranquiliza y quita la angustia".
Nosotros la hemos elegido para nuestra hidratante por ser además una planta con una fuerte conexión con el ser humano, relajante y curativa (y con un suave aroma a limón) pero también capaz de restaurar la armonía y el equilibrio entre las zonas grasas, secas y sensibles de la piel. Si tienes una piel caótica, la Melisa es tu planta. Pone orden.
la receta base
Es una hidratante facial básica completamente personalizable, nosotros hemos elegido los activos tratantes de la piel sensible e irritada como la malva, el kiwi, la grosella o la manzanilla y de acción antiedad.
Pero pueden elegirse en función del tipo, la tendencia y la edad que tenga vuestra piel.
Es una crema rica en aceites por lo que es preferible combinar los de tacto seco y penetrante con los más ricos y asegurarse así de que tiene una buena penetración pero a la vez resulta confortable. Sobre todo si vuestra piel es mixta o grasa.
Una buena opción a la carta para el invierno.
La piel queda protegida y abrigada, suave y tratada durante los meses de frío.
20% aceites (aquí grosella, camelia, escualeno y kiwi).
5% olivem 1000
10% de caprylis
53.4% agua o hidrolatos (aquí hidrolatos de melisa y manzanilla)
5% gel de aloe vera
2% de urea
3% extracto hidroglicerinado de melisa
2% extracto hidroglicerinado de malva
0.6% conservante (aquí cosgard)
2 gotas de aceite esencial de melisa
**Diluir la urea en la fase acuosa y elaborar una emulsión clásica agua en aceite.
2 burbujitas:
Ya me puedo imaginar el aroma suave de la melisa sobre la piel y la suavidad que le proporciona, es una preciosidad de crema parece espuma, un encanto. Besos.
Hola, Marta. Muchas gracias :) No sé qué tendrá la melisa, empezando por el olor...pero me ha conquistado del todo. Un beso.
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